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La conexión entre la diabetes y las enfermedades del corazón

16.04.2025 0 Big Idea Group
La conexión entre la diabetes y las enfermedades del corazón

La diabetes mellitus, especialmente la tipo 2, es mucho más que un trastorno del metabolismo de la glucosa. Sí, bien lo has de saber tú como cardiólogo. Pues, en la práctica clínica, se han observado de forma constante que la mayoría de los pacientes con diabetes desarrollan algún tipo de enfermedad cardiovascular (ECV) largo de su vida.

De hecho, se estima que hasta el 80% de los pacientes con diabetes fallecen por causas cardiovasculares, principalmente infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular.

Pero, ¿cuál es la base de esta conexión tan fuerte? ¿Por qué un trastorno endocrino impacta de forma tan directa la salud del corazón y los vasos sanguíneos?

Un perfil proaterogénico crónico

Cuando hablamos de diabetes, hablamos, entre otros términos de hiperglucemia crónica. Misma que produce múltiples alteraciones que promueven la aterosclerosis. Entre ellas destacan:

Estrés oxidativo

El exceso de glucosa que genera especies reactivas de oxígeno (ROS), mismos que dañan el endotelio vascular.

Inflamación sistémica

Los niveles elevados de citoquinas inflamatorias (como IL-6 y TNF-α) aumentan la rigidez arterial y promueven la formación de placas.Tatiana Martínez Villarreal

Disfunción endotelial

Disminuye la biodisponibilidad de óxido nítrico (NO), lo cual compromete la vasodilatación y facilita la agregación plaquetaria.

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Dislipidemia diabética

Caracterizada por triglicéridos elevados, HDL bajo y partículas pequeñas y densas de LDL, altamente aterogénicas.

Cuando se combinan estos facores, se crea un ambiente vascular hostil que acelera la progresión de las enfermedades coronarias incluso en pacientes jóvenes.

Diabetes y enfermedad coronaria: un equivalente de riesgo

Desde hace años, se considera que tener diabetes tipo 2 sin antecedentes de infarto tiene un riesgo cardiovascular equivalente a haber tenido un infarto previo. De hecho, esto implica que los pacientes con diabetes deberían recibir el mismo nivel de atención preventiva que los pacientes con cardiopatía isquémica establecida.

En los últimos años, los estudios epidemiológicos como el UKPDS (UK Prospective Diabetes Study) y el Framingham Heart Study han demostrado una relación directa entre el control glucémico y la reducción del riesgo cardiovascular. Sin embargo, los beneficios no siempre son inmediatos: el llamado “efecto memoria metabólica” sugiere que un buen control temprano ofrece protección a largo plazo, incluso si el control posterior es menos estricto.

Diabetes y enfermedad coronaria

La insuficiencia cardiaca: el eslabón olvidado

Además de la enfermedad coronaria, la diabetes también se asocia de forma independiente con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca. Este fenómeno, conocido como miocardiopatía diabética, se debe a varios mecanismos:

  • Infiltración grasa y fibrosis miocárdica

  • Disfunción mitocondrial

  • Alteraciones en el metabolismo energético del cardiomiocito

  • Activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona.

Es decir, los pacientes diabéticos tienen una mayor probabilidad de hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca y una peor evolución clínica.

Nuevos tratamientos: un beneficio dual

La llegada de nuevas clases de medicamentos hipoglucemiantes ha cambiado el panorama para los cardiólogos. Hoy, varios fármacos como los inhibidores de SGLT2 (empagliflozina, dapagliflozina) y los agonistas del receptor GLP-1 (liraglutida, semaglutida) han demostrado no solo reducir eventos cardiovasculares, sino también mejorar la supervivencia en pacientes con insuficiencia cardiaca y diabetes.

De hecho, las guías actuales de la ESC (European Society of Cardiology) y la ADA (American Diabetes Association) ya recomiendan el uso prioritario de estos fármacos en pacientes con alto riesgo cardiovascular, independientemente de la HbA1c.

Qué debe hacer el cardiólogo

Qué debe hacer el cardiólogo

Tu papel como cardiólogo es fundamental y debe considerar a la diabetes como una parte integral de la evaluación y manejo del riesgo cardiovascular. Estas son algunas recomendaciones clave:

  1. Participar activamente en el diagnóstico temprano de prediabetes y diabetes

  2. Incluir el control glucémico en la estrategia global de manejo de riesgo

  3. Conocer las terapias antidiabéticas con impacto cardiovascular y saber cuándo iniciar o recomendar su uso

  4. Colaborar estrechamente con endocrinólogos y médicos de atención primaria para el seguimiento a largo plazo


Recuerda que una integración entre especialidades es fundamental para reducir la carga de enfermedad cardiovascular en la población diabética.

En un contexto donde las enfermedades crónicas son la principal causa de muerte, entender y abordar esta relación puede marcar una diferencia en la calidad y esperanza de vida de millones de pacientes.

Fuentes Consultadas:

American Diabetes Association. (2023). Standards of Medical Care in Diabetes—2023. Diabetes Care, 46(Supplement_1), S1–S291. https://doi.org/10.2337/dc23-S001

European Society of Cardiology. (2021). ESC Guidelines on diabetes, pre-diabetes and cardiovascular diseases developed in collaboration with the EASD. European Heart Journal, 42(34), 3215–3287. https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehab486

UK Prospective Diabetes Study (UKPDS) Group. (1998). Intensive blood-glucose control with sulphonylureas or insulin compared with conventional treatment and risk of complications in patients with type 2 diabetes (UKPDS 33). The Lancet, 352(9131), 837–853.

Packer, M., Anker, S. D., Butler, J., et al. (2020). Cardiovascular and Renal Outcomes with Empagliflozin in Heart Failure. New England Journal of Medicine, 383(15), 1413–1424. https://doi.org/10.1056/NEJMoa2022190